Este es un tema particularmente difícil de hablar para mí. Yo bien podría hacer un copy/paste [copiar/pegar] cualquier artículo sobre este tema en la web. Pero como este es un blog personal... Pues ahí va:
Como algunos ya saben, yo soy de México. Viví toda mi infancia en el estado de Veracruz y cuando iba a cumplir los 12 años, nos fuimos a mi ciudad natal: Culiacán, Sinaloa.
Para esto, mi madre trabajaba en el mismo lugar que mi papá y había ahorrado dinero para no "comenzar desde cero". Era una buena cantidad. Ella muy confiada le dio ese dinero a mi papá.
(En aquel entonces era una buena cantidad de dinero... ahora es nada.)
Mi padre no tenía el hábito del ahorro. Mi madre hizo que él también guardara una buena parte de lo que ganaba y, junto, era una cantidad decente como para poner un buen negocio. Mi padre decidió abrir un negocio de baterías de autos.
Entonces mi madre le pidió a mi padre su dinero. Mi padre se quedó mudo un momento. Y le dijo que después se lo daba. Otro día se lo volvía a pedir, y él le decía que después se lo daba. Por alguna razón, mi madre no le daba mucha importancia a eso.
Pero un buen (o mal) día, un familiar le dijo la realidad: Ese dinero ya no existía.
Resulta que mi padre, antes de nosotros llegar a Culiacán, le envió todo el dinero (de ambos) a unos hermanos de él. Estos supuestamente iban a compran un terreno y construir una casa para nostoros... que resultó ser una total basura con pared chueca y todo.
También "invirtieron" en el negocio de mi padre... con el dinero de mi padre (sin poner dinero de su bolsa). No funcionó al encontrarse en un mal punto (en un cerro donde no se detiene nadie) y ese dinero se perdió.
El caso es que mi madre se enteró, de la peor manera (de la boca de alguien más y que todo mundo sabía menos ella), que el patrimonio de sus hijos era una inmundicia, el negocio que le daría de comer a sus hijos no funcionó y, el colmo, buena parte del dinero fue gastada por sus cuñados en ellos mismos.
Decir que mi progenitora se enojó fue poco: Se enfureció totalmente y lo que le sigue.
Mi madre no le pudo hablar bien a mi padre por un buen tiempo. Creo que la frase exacta es lo aborreció.
Quizás lo peor es que la pasamos muy mal en casa (o mejor dicho, un departamento que nos prestó una tía), con muchas carencias. Así estuvimos viviendo unos 6 años.
El punto es el siguiente: Mis tíos le robaron a mi madre. Y nunca se disculparon por eso (de hecho, creo que hasta la fecha no saben que ella sabe... a menos que lean este post... je).
Cosa curiosa: Esos tíos nunca prosperaron y les fue mal en la vida (¿Castigo divino?).
Mi madre no podía ver a mi padre: Lo veía con enojo, con furia, con rencor. No era para menos: Confió en él y la había traicionado. Se quedó sin sus ahorros, privándose de muchas cosas, y privándose de muchas cosas después por la pobreza.
Mi madre me lo contó todo un día, porque esa angustia, esa gangrena la tenía en su alma. Creo que me afectó mucho: Yo no se lo pude contar a nadie.
La solución
Un día, ella le cuenta al pastor de la congregación a donde acudíamos todo el asunto.
Él le dijo más o menos lo siguiente: "Mientras no perdones a tu esposo y a tus cuñados, no podrás ser libre. Recuerda que Jesús dijo que debíamos perdonar todas las ofensas para que Dios perdonara las nuestras".
No fue fácil, pero poco a poco mi madre los perdonó a todos... y fue verdad: Fue libre.
Perdonen siempre a los que los han ofendido. Serán libres.
Atte.
Alexis "El Broder" Rodríguez
[pulgar arriba]
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