El primer Papa Jesuita… ¿Qué significa esto para los evangélicos?



Los jesuitas… como tantas cosas en este mundo, no son lo que aparentan ser.
En 1540, el papa Pablo III aceptó oficialmente a “La Sociedad de Jesús” (Jesuitas) en el sistema católico romano. Hoy, todo jesuita respeta y teme al actual general jesuita, Adolfo Nicolás, como a Dios mismo.
¿Quién sabe más acerca de los jesuitas que los mismos jesuitas? Esta historieta muestra, en base a sus propios escritos, que el objetivo real de los jesuitas es destruir a los verdaderos cristianos y lograr que el mundo se someta al papa. Por eso, en Apocalipsis 18:4, Jesús ordenó a Su pueblo: “Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, y para que no recibáis de sus plagas”.
Esta historieta está enfocada en la experiencia de una familia que fue arrestada debido a las acciones impacientes de un jesuita, cuya indiscresión casi arruina el complot para destruir la libertad y poner a todos bajo el control del papa.
Lea la fascinante historia de los jesuitas, basada en sus propios escritos.
Conozca:
  • Cómo se formaron y por qué
  • El verdadero propósito de las escuelas y universidades jesuitas
  • La obediencia ciega de los jesuitas a sus superiores
Lea por qué estamos rodeados por agentes, entrenados por los jesuitas, que no usan cuello clerical y por tanto están “invisibles”. Vea cómo manipulan a gobiernos y fomentan guerras, todo “para la mayor gloria de Dios”.
Al llegar al fin de la historia, el lector comprenderá que no puede poner su confianza total en ninguna iglesia, ningún líder religioso ni ninguna otra persona para asegurar su eternidad, porque nada es lo que parece ser. Debe poner su fe sólo en Jesús. El Señor Jesús traerá la única paz verdadera que el mundo conocerá.



Le recomendamos también leer de forma gratuita el libro Cortinas de humo para que conozca las verdaderas intenciones del sistema Católico con los evangélicos. Muestra los peligros del movimiento ecuménico y nos enseña que lo que dicen los líderes de la Iglesia Católica no es nada más que una cortina de humo, escondiendo las verdaderas intenciones de la Iglesia.

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